jueves, 28 de marzo de 2019

LA GENEALOGÍA DEL DELINCUENTE


A partir de los descubrimientos del monje agustino Gregorio Mendel (Austria, 1822-1884), nace una ciencia denominada genética, que es la encargada de estudiar los mecanismos según los cuales se transmiten las características hereditarias (normales o patológicas).
Estos descubrimientos sobre la genética atrajeron la atención de los criminólogos, los cuales buscaron posibles causas de que cierta disposición hacia el crimen pudiera ser hereditaria.
La determinación de las influencias de los factores hereditarios sobre un niño o un adulto requiere la opinión de un especialista con conocimientos de genética humana. El Criminólogo debe tener conocimiento del valor de sus pruebas como elementos de predicción.
Partiendo de esta información se puede decir que la genealogía del delincuente es diversa y compleja de analizar, es una anomalía que converge en una serie de factores que pueden llevar a desencadenar conductas antisociales.
Tales factores como la genética, el trastorno mental, el libre albedrío, la familia, la escuela, la sociedad y los acontecimientos fortuitos; componen la raíz que sustenta el árbol genealógico del delincuente, estos pueden presentarse aisladamente o en comunión entre sí, sin embargo, se debe analizar rigurosamente cada una de estas raíces, que por sí solas no son generadoras de conductas delictivas.
Todas las conductas delictivas, son la categorización de las conductas nocivas, determinadas así por el órgano legislador del poder político, estas conductas tienen su origen en una o en más de las siete raíces de la genealogía del delincuente, lo que es posible conocer mediante el estudio individualizado del sujeto activo del delito, para su consecuente prevención en la reincidencia, aportando, además, datos importantes para la prevención primaria.
Es imperioso conocer cada una de las raíces de la genealogía, haciendo énfasis en que la genética, el trastorno mental y el libre albedrío son de naturaleza intrínseca al sujeto; siendo extrínsecas la familia, la escuela, la sociedad y los acontecimientos fortuitos.
La Genética[1] estudia la manera en que los rasgos de individuos de una misma especie son transmitidos o heredados.
Trastorno mental[2]  es una parte del cerebro que interviene en el comportamiento y actúa en la toma de decisiones complejas, si ésta área del cerebro no funciona con normalidad puede predisponer a algunas personas hacía la violencia y la conducta delictiva.
Libre albedrío[3] es la fuerza motriz interior, cada una de cuyas manifestaciones individuales es provocada por un motivo, percibido interiormente por la conciencia, es lo que designamos con el nombre de voluntad.
Familia[4]  entendido como el cúmulo de contingencias que ocurren al interior de la familia y que se magnifican con la disfunción de ésta, originando un número importante de individuos con predisposición importante hacia la delincuencia, tales fenómenos que se traducen en patrones conductuales, trasciende de padres (o de quien los supla) a hijos; sea por imitación o por la falta de preceptos conductuales que funcionen como un sistema de refreno.
Escuela[5] los centros educativos no han sido la excepción en el desastre social en la que se encuentra inmerso el sujeto, ante la falta de valores y la errónea interpretación práctica de éstos.
Sociedad[6]  la sociedad está carente de valores como lo solidaridad y el respeto, lo cual es consecuencia inmediata del fracaso de los aparatos ideológicos representados por la familia y la escuela. Los sujetos conviven en la sociedad sin elementos que permeabilicen su conducta, atrayéndoles rigurosamente hacia la delincuencia, agravándose esto por la falta de oportunidades laborables y escolares, además de la extrema pobreza.
Acontecimiento fortuito[7] el ser humano no es capaz de resistirse a la fuerza universal de la causalidad, así tenemos que la conducta del 'ser-antisocial' obedece a una gama de factores de los que no es posible escapar.
Ante lo expuesto podemos expresar que las siete raíces de la genealogía del delincuente otorgan la posibilidad de conocer las bases criminógenas que dan origen a una conducta delictiva concreta.  Sin embargo, este conocimiento nos posibilita y permite diseñar estrategias preventivas mediante la orto conducta.  Es decir, aportando elementos para prevenir la reincidencia delictiva (una vez que el sujeto haya delinquido), buscando la reorientación conductual a efecto de lograr una efectiva resocialización, así como el diseño de estrategias enfocadas hacia la niñez y la adolescencia para alcanzar la prevención primaria y se pueda vivir con un grado aceptable de seguridad y sin miedo.

Referencias:

·         Revista “Criminología, Patrones de conducta, Psicopatologías, Trastornos psicopáticos, abril 22, 2014”
 
 
Ing. Mkt. Ivonne Moreno D. Msc.


[1] David Bartrés Faz, 2008.
[2] Adrian Raine, 2003
[3] Arturo Schopenhauer, 2007
[4] Arturo Schopenhauer, 2007
[5] Agustín Salgado García, 2010
[6] Agustín Salgado García, 2010
[7] Agustín Salgado García, 2010

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